UN POEMA DE BLAS DE OTERO






PALABRAS REUNIDAS PARA ANTONIO MACHADO


Un corazón solitario
no es un corazón.
A.M.


Si me atreviera
a hablarte, a responderte,
pero no soy,
solo,
nadie.

Entonces,
cierro las manos, llamo a tus raíces,
estoy
oyendo el lento ayer:
el romancero
y el cancionero popular; el recio
son de Gómez Manrique;
la palabra cabal
de fray Luis; el chasquido
de Quevedo;
de pronto,
toco la tierra que borró tus brazos,
el mar
donde amarró la nave que pronto ha de volver.

Ahora, removidos los surcos (el primero
es llamado Gonzalo de Berceo),
pronuncio
unas pocas palabras verdaderas.

Aquellas con que pedí la paz y la palabra:
Árboles abolidos,
volveréis a brillar al sol.
Olmos sonoros, altos
álamos, lentas encinas,
olivo en paz,
árboles de una patria árida y triste
entrad
a pie desnudo en el arroyo claro,
fuente serena de la libertad.

Silencio.

Sevilla está llorando. Soria
se puso seria. Baeza
alza al cielo las hoces (los olivos
recuerdan una brisa granadamente triste).
El mar
se derrama hacia Francia, te reclama,
quiere, queremos
tenerte, convivirte,
compartirte
como el pan.


BLAS DE OTERO
(de En castellano, 1959)