FIRMAS INVITADAS: UN POEMA DE ANTONIO CARVAJAL


DIFERENCIAS Y TIENTOS SOBRE UN TEMA DE LOPE DE VEGA RECREADO POR JOSÉ HIERRO


                                                           A Fina de Calderón


Yo le vi decir amores   

a los rábanos de Olmedo;   

que un amante suele hablar   

con las piedras, con el viento.     

                                             LOPE DE VEGA


1          DIFERENCIAS


Te recuerdo en los relámpagos 

de un otoño entre dos cielos; 

olía el ámbito a esparto 

recién mojado, a los trémulos 

olivos viejos confusos 

bajo un brusco mar inverso 

donde tus ojos fluían 

como peces de silencio. 

De monte a monte y a monte 

sonaban truenos y truenos. 

Oria en la noche era un arpa 

con las piedras, con el viento, 

y tú mirabas las nubes, 

José Hierro. 


Al pie de la Serranía 

donde el Escabas su estrecho 

resuena como una trompa  

con las piedras, con el viento, 

apenas sus aguas besan  

los pies callosos de Priego, 

te vi agarrarte a la vida  

con tantas ganas de aliento,  

con tanta brisa de pino,  

con tanto rumor de verso 

que la vida era más vida  

medida por tu deseo. 

Y tú mirabas las nubes, 

José Hierro. 


No te oí decir amores 

a los rábanos de Olmedo, 

ni te vi coger sus hojas 

ni tomarlos de alimento.

Más sustancia te pedía 

la crónica de tu tiempo, 

la verdad de tu poesía, 

la realidad de tu sueño. 

Pero decías palabras 

que iban más allá del cielo 

en conversación continua 

con las piedras, con el viento, 

mientras mirabas las nubes 

José Hierro. 


Te he visto temblar de frío, 

niebla en la niebla tu aliento; 

repetir como andaluz 

“Ozú, qué frío”. Recuerdo 

tus pasos cómo sonaban 

en Baeza la sin tiempo,  

imposible tu diálogo 

con las piedras, con el viento. 

Pensé que el agua mirabas  

del Guadalimar bermejo 

cuando dejaste en mis labios 

y en mis ojos tu silencio, 

y en agua mirabas nubes, 

José Hierro.  




2          TIENTOS


Si un amante dice amores 

a los rábanos de Olmedo, 

sigue mirando las nubes, 

José Hierro.


Si un amante suele hablar 

con las piedras, con el viento, 

sigue mirando las nubes, 

José Hierro. 


¿Qué más dan nubes que rábanos 

cuando se estercola el huerto? 

Sigue mirando las nubes, 

José Hierro. 


Los trenes, como los ríos, 

tienen sabido el trayecto. 

Sigue mirando las nubes, 

José Hierro.