FIRMAS INVITADAS: ANTONIO CHECA LECHUGA


ANTE TI

 

Para José Cabrera Martos. Poeta

 

Allanar un monte que me tapa la vista después que en el otero viese la luz que  inserta resplandores, es mi propósito. Te has topado con una mente cansada amigo Pepe.

He tenido tu libro GOETHICA en mi mesita de noche y, casi lleno de pudor por mi ignorancia, he pulido mi mente y he entrado en tus composiciones de brujo. Cuando aprendía a balbucear su contenido y deparar en los hallazgos me topé con tu email  donde la iluminación de un ensayo de palabras sujetas a la expresión científica, depositó en mi cabeza álgebras matemáticas que, haciendo de voces literarias lo que “Paul Celan, deposita en tu cita: El silencio invernal de los árboles esconde la profunda mirada de tiempo sin orillas”, me llevaron al término esencial de que somos nosotros quienes definimos los cauces de una manzana rota, o la voz que describe un arrebol tardío.

Las expresiones que inducen a sentir el poema –vengan de donde venga--, guardan un sentimiento del que emana un antes y un después de cualquier cosa, las palabras son ceros que no sirven de nada si no se suman números que aumenten. Tú poeta jiennense, te arraigas al principio que te indujo el maestro del verso y de la rima, y con ello, como ciprés que acecha al sol para dar sombra, buscas los tigres rudos que imponen su pureza en los labios del hombre, y descansas y matas, y resucitas luego, haciendo en tu poema rayas que son surcos para preñar la tierra.

Es pues la forma de decirte que has llenado mi tiempo en recibir tu “tiempo” apegado a tus actos donde la ciencia exige que allanen los caminos mentes como la tuya, y que en el tiempo, otra se descoloque mirando a los que en versos dejamos todo un arco de sangres hilvanadas con palabras de órganos donde mueven la sangre un cuerpo desvalido, un mirar sobre el monte, una ola que rompa la espuma con la tierra, o la tierra preñada de tormentas que en nieve nos hagan el retrato de los viejos que en blanco cubren la cabeza pensativa.

Es mi forma de verte como construyes versos, como lanzas las voces, como retienes la historia y penetras con brío al lado de quien sufre. Sea mi voz tu descanso, tu alegre resistir junto a mi historia, y cuando el viejo suene a cántaro cascado, relanza tu existir y mira que seres como tú, en esta tierra, hacen que nos miremos en los actos, donde el poema existe y abre laberintos a las palabras.

 

Y PEDÍ POR LOS VERBOS.

 

                                   Pocas alteraciones promueven los rocíos

donde duermen las flores sus siestas con los pájaros.

 

                                   Va por ti o contigo.


 

Insinuación.

                                   TRAS LAS HUELLAS DE LA SOMBRA QUE HIERE

 

            PADRE, me confieso a la vida que he pecado

 

            Normas.

Mis huellas han dejado un rastro que se ubica en las cándidas palabras releídas. No veo mi culpa ante quien se defiende o quien afirma ser lucha en el mundo sucesible de la inteligencia, ni tampoco en la verdad de la que anida un preceptivo roto por la visión de un vulgo inocente.

Yo he notado mis labios sobre espumas

Asumiendo las aguas de los ojos subirse

Hasta el silencio de mis sienes y adentrar

Mis pupilas a los actos que admiro.

He mirado la vida entre las rosas

Mojadas por  las lágrimas del mirlo

Cuando observa una larva que gime

Y su pico la atrae y la depura:

He mirado la tarde.

Y cuando la noche adquiere un rubor incoloro

Y una sombra confusa,

Sobre el rostro de una letra imprecisa

Dejé mi poema al amparo del viento o de las lilas.

No es mi pecado adverso si lo asumo.

No la frentada puesta ante  mis ojos para el mosco.

En las faldas de cualquier frase, en las voces

Perdidas por las formas, apareció tu verbo,

Y ya sabido que existe, al lateral del átomo

Le brindé mi conciencia,

Ciego ya de ignorarme y de ofrecerme.

ASÍ MI PASIÓN SE VUELVA LÓGICA.

 Y no entraba a la Iglesia porque el rezo le causaba un desabrido recuerdo a la lujuria que lloraba de niño, pero sentía que el ábside que forman los techos y las uvas descolgaba el vino para saberse hombre. Más se sentía atraído. Más lo ignoraba.

Así miró una expresión versada por el verso primero.

---Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores---

Ante él me inclino y en mi rodilla mohosa por confusa o mi labio partido por el rezo de un hombre que declina en el hombre, retomo de GOETICA la esencia, y al duro sensor de mi sonrisa, le adorno mi cariño y lo comprendo.

                                                                                              HABÍA  SOBREVIVIDO

 

ANTONIO      checa   lechuga.

Después de leer un ensayo y un libro invirtiendo sensaciones donde la luz habita.

También después de leer un libro llamado GOETHICA del que subrayo que un lamento de siglos lo adorna la voz de la poesía. Y también, qué carajo, el sentido del hombre que camina por “encima de otros hombres” y una melena larga lo define distinto a lo mediano, sea pues la palabra amiga, el contrapunto de un ejercicio del que doy fe  de haberlo tenido ante mis ojos.

 
            Baeza, un día que, meridianamente solo, me ofrecieron un verso que llamó por mi puerta con la palabra amigo

                                                           28 Febrero, de dos mil trece

 

                                                                                   Antonio Checa Lechuga.