DOS NIEBLAS OTOÑALES SE ACERCAN...

PRIMERA NIEBLA, DE LA QUE ANTONIO MACHADO DEJÓ HUELLA EN EL SIGUIENTE POEMA:


CXVIII

(Caminos)



     De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
     El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza
     Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.
     Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.
     El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.
     Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella! 

ANTONIO MACHADO

 SEGUNDA NIEBLA, DE LA QUE HABLA ESTA FOTOGRAFÍA, Y QUE ENVOLVERÁ LAS CALLES DE LA CIUDAD DE BAEZA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD:


Oleícola Jaén, S.A.