LA LUNA: UN VIAJE DE MILES DE AÑOS, por ANTONIO CHICHARRO.




LA LUNA: UN VIAJE DE MILES DE AÑOS


Noto los rastros de la expectación. Veo la sombra del módulo lunar. Escucho aquel murmullo de metálicas palabras inglesas. Y recuerdo la ancha forma de la pisada humana en el polvo que cubre el enigmático astro. Es noche cerrada y mi corazón late a una con millones de seres humanos: asombro y plenitud. Y la luna, inerte y herida, tan lejos y ahora tan cerca, tan oscura y tan brillante, no dejó de ser, nunca lo ha dejado, ni por un instante el espejo en el que tantas veces me miro, con su cara oculta y sus formas cambiantes, siempre igual y nunca la misma. En todo caso, con aquel viaje lunar culminaba  otro viaje: el largo itinerario seguido desde que ojos humanos miraron al cielo y la descubrieron suspendida haciéndola materia de sus símbolos, diosa, bandera, poesía, arte, encarnación del misterio, objeto de estudio de la ciencia, meta, conquista. Todo, mientras describe su ciega órbita en soledad espacial alrededor de la Tierra, el planeta que arde de azul.