Con motivo del fallecimiento del académico y profesor Gregorio Salvador Caja el pasado 26 de diciembre en Madrid, reproduzco el artículo que publiqué sobre él en el diario Ideal de Granada el 30 de junio de 2008.
GREGORIO SALVADOR, UNA BIOGRAFÍA
MARCADA POR GRANADA
En
dicha Facultad conocerá al catedrático Manuel Alvar, del que será discípulo y
con el que colaborará en ambiciosos proyectos de estudio como el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía
(ALEA). Pasado el tiempo y en colaboración con los profesores Manuel Alvar
y Antonio Llorente Maldonado, publicará Textos
andaluces en transcripción fonética (1995). Alvar será el que lo oriente
por el estudio de las hablas vivas y el que lo inicie en la investigación
dialectológica de campo. Durante los cursos 1950-1951 y 1951-1952 será
contratado en la Universidad de Granada como profesor ayudante de “Gramática
Histórica de la Lengua Española”. Los restantes cursos académicos, hasta el 30
de septiembre de 1959, será encargado de “Lengua Portuguesa” y profesor
adjunto, por oposición, de “Gramática Histórica de la Lengua Española” y
“Gramática General y Crítica Literaria”. Son años de intensa formación como
lingüista y estudioso de la literatura –como dialectólogo, es el primero, como
ha dejado escrito, en pasar del estudio de las dialectologías de las
diferencias a las dialectologías de las coincidencias. Será en esta importante
etapa de su vida, concretamente el 24 de octubre de 1953, cuando se doctore en
la Universidad Complutense de Madrid, tal como entonces era preceptivo, con la
máxima calificación otorgada a su mencionado estudio sobre el habla de
Cúllar-Baza. Precisamente, las experiencias de todos estos años de infancia,
juventud y formación alimentarán no pocas de las páginas de su libro Granada: Recuerdos y retornos (1996),
libro testimonial en el que no sin fina ironía su autor recoge artículos y
discursos que tienen que ver con Granada.
Posteriormente,
en junio de 1959, casado ya con la profesora Ana Rosa Carazo, gana por
oposición la cátedra de Lengua y Literatura Españolas que desempeñará en los
Institutos Nacionales de Enseñanza Media de, respectivamente, Algeciras,
Cartagena y Astorga. En 1966 oposita a cátedra de Gramática Histórica de la
Lengua Española, siendo en la Universidad de La Laguna (Tenerife) donde
transcurre la primera etapa de una larga vida profesional como catedrático de
universidad, etapa en la que propicia los estudios de semántica estructural
que, andando el tiempo, culminarán en la formación de una escuela conocida como
“Escuela de Semántica de La Laguna”. En 1967 es elegido decano de la Facultad de
Filosofía y Letras de La Laguna, cargo que desempeña hasta marzo de 1974. En
1975 se traslada a la Facultad de Filosofía y Letras de Granada donde ocupará
la cátedra de Gramática Histórica de la Lengua Española y donde ejercerá una
profunda labor de magisterio durante cuatro cursos académicos hasta que, en
1979, consigue traslado a la Universidad Autónoma de Madrid como Catedrático de
Lengua Española y al año siguiente, pasará a ocupar idéntica cátedra en la
Universidad Complutense de Madrid, en la que se jubila en 1986 pasando a ser
profesor emérito de la misma. El traslado a Madrid propició sin duda alguna que
la Real Academia Española lo eligiera como académico para cubrir el sillón “q”,
letra a la que le dedicará por cierto su discurso de ingreso leído el 15 de
febrero de 1987. Ha sido Vicedirector de dicha Academia desde 1999 a 2007, en
la que ha desarrollado una importante labor en favor del español y en relación
con las restantes Academias de la Lengua existentes en Hispanoamérica. Fruto de
su constante preocupación por nuestra lengua en tanto que coiné o lengua común
en España y en una veintena de países del resto del mundo, con varios cientos
de millones de usuarios, son sus numerosos artículos y libros como Lengua
española y lenguas de España (1987) y Política lingüística y sentido
común (1992), además de su discurso pronunciado en el Senado bajo el título
de “Situación y futuro de la lengua española” el 21 de abril de 1989 incluido
en el Boletín Oficial de las Cortes
Generales. Senado.
Gregorio
Salvador ha desarrollado, pues, estos dos principales frentes de actividad, el
de la docencia e investigación universitarias y el específicamente académico, a
los que ha de añadírsele el de la creación literaria. En cuanto a su
investigación se refiere, conviene añadir que, además de haber realizado y
promovido investigaciones sobre las hablas en Andalucía, León y Canarias, fue
el primer investigador en España que aplicó las teorías del Círculo Lingüístico
de Copenhague a sus no escasos análisis de textos literarios, habiendo dado a
la luz trabajos de claro perfil teórico, tales como “Estructuralismo y poesía”,
de 1967, o “El signo literario y la ordenación de la Ciencia de la Literatura”,
de 1975. Se ocupó también muy tempranamente de los estudios de lexemática o
semántica estructural, tal como pone de manifiesto su trabajo “Estudio del
campo semántico ‘arar’ en Andalucía”, de 1965, y el libro Semántica y Lexicología del Español.
Estudios y lecciones, de 1985. En cuanto a su obra de creación se refiere, Salvador ha publicado,
sobre todo en los últimos años, libros de cuentos y relatos y compilaciones de
artículos –ha de destacarse su labor como agudo articulista en la prensa, lo
que le ha merecido premios de periodismo como “González Ruano” y “Mariano de
Cavia”, entre otros–, cuyos títulos más destacados son, además del ya citado Granada: Recuerdos y retornos, Casualidades
(1994), El eje del compás (2002) y Nocturno londinense y otros
relatos (2006).
Durante los últimos años, esta larga trayectoria profesional y de escritor ha sido reconocida en su provincia de origen al habérsele elegido Doctor Honoris Causa de la Universidad de Granada –también lo es por la Universidad de La Laguna–, Académico Honorario de la Academia de Buenas Letras de Granada y, entre otros, Medalla de Honor de la Fundación Rodríguez-Acosta.
ANTONIO CHICHARRO