NO SE TRATA DE ÉTICA
Algo que se veía venir parece que ha ocurrido en China. El
científico He Jiankui ha comunicado que hace unas semanas nacieron dos gemelas,
él pretende apoderarse del número uno, cuyos embriones fueron manipulados
genéticamente para que sean resistentes al virus del SIDA que porta el padre.
Si es así, se ha demostrado que es posible y, además, fácil. Al momento se han
levantado voces que apelan a la ética. Al margen de la temeridad de utilizar
una técnica sin garantías de evitar efectos colaterales, la publicidad del caso
demuestra que el hombre ensayará todas las vías de evolución como viene
haciendo la vida desde hace unos tres mil quinientos millones de años, al
tiempo que documenta la desconexión entre ciencia y sociedad.
La evolución ha implementado códigos de algo parecido a
lo que los humanos llamamos ética para defender la vida de otros impulsos que
también gravó en el genoma de las fieras. Salvo raras excepciones, los padres
no matan a sus crías porque el instinto de protección de la prole está impreso
con caracteres de hierro. A pesar de la ley natural que parece defender, no
solo la existencia, sino también las condiciones en las que se desarrolla, en
la especie humana se han dado y se dan conductas aberrantes que chocan con
principios elementales de convivencia. Ahora mismo se están produciendo casos
de esclavismo, racismo, torturas, extorsiones, atentados, espionaje,
asesinatos, violaciones, guerras, empleo de gases tóxicos etc. La novedad del
caso que escandaliza es que no se ajusta al código de odio que parece
justificar cualquier tipo de abuso. Por razones de estado todo está permitido,
pero los adelantos científicos necesitan justificación. Se hace la vista gorda
con la desaparición de un periodista en una embajada, pero se exagera la
honradez ante lo inevitable del progreso: porque a pesar de todo, es progreso.
Como viene pasando desde que el Homo sapiens tomó las
riendas de la historia, el problema no se va a resolver por canales éticos,
sino que se someterá a las reglas del mercado. En cuanto empiece a tener
demanda, y parece que ya hay lista de espera, se aparcarán las objeciones
morales ante los beneficios económicos. En cualquier caso, el promotor chino o
el que sea, se justificará diciendo que lo que otros consideran criminal, él lo
ve como una bendición para los afortunados que mejoran su genoma. Porque si lo
aleatorio ha permitido que aparezca la inteligencia capaz de desarrollar
técnicas con las que enmendar el futuro de algunos individuos por la vía
rápida, no hay razones para rechazarlo.
Ahí puede
estar el porvenir de la especie. Supóngase que se domina la tecnología para
fabricar individuos con resistencia a la falta de gravedad y al sedentarismo de
largos viajes espaciales, cruciales para transportar embriones humanos al
planeta que salve a la humanidad de la desaparición. Supóngase que no se hace
por razones éticas y que la especie se extingue pudiendo salvarse. Esos
planteamientos están dejando de ser de ciencia ficción pata instalarse en un
horizonte posibilista. Con perspectiva cosmológica el primer paso siempre es
una insignificancia.
Si me
hubieran pedido autorización para la mejora segura de mi dotación genética con
el fin de enriquecer mi descendencia, hubiera aceptado. Como eso es una
cuestión que será factible dentro de no demasiado tiempo, los candidatos pudientes
a los beneficios de la manipulación genética serán abundantes. A pesar de todo
es una noticia que no alegra como lo pudo hacer el descubrimiento de la
penicilina. No se trata de erradicar epidemias ni de eliminar enfermedades, es
un proyecto de mejora concreta cuyo destino final parece ser la procreación a
la carta que solo estará al alcance de muy pocos. El verdadero problema de la
manipulación genética puede ser la manipulación social que conlleva.
El paso que
se ha dado es tan importante e irreversible como para tomárselo en serio. Si el
experimento se hubiera llevado a cabo en Corea del Norte, seguramente hubiera
servido de excusa para bombardear las instalaciones, pero tratándose de China
se acepta la disculpa del desconocimiento y falta de apoyo oficial. Es posible
que estemos asistiendo a una carrera científica como la que se entabló para
lograr la bomba atómica que, como es sabido, saturó de arsenales nucleares a
las principales potencias. En ningún caso se aplicaron protocolos éticos y la
cosa acabó como acabó.
El Proyecto
Genoma Humano Escrito fue formalmente anunciado el 2 de junio de 2016; es
decir, que este grupo y muchos otros, estaban trabajando las reparaciones antes
de que los arquitectos entregaran los planos del edificio. En esa fecha llevaba
tres años funcionando la tijera CRISPR (desarrollada a partir del
descubrimiento de secuencias víricas en el genoma de bacterias hecho por el
investigador español Francisco Mojica) con la que se realiza el corta y pega de
ADN. Hay tanta ansiedad en estar en primera fila que no se para en minucias. La
vanidad, la fama y el dinero son factores frente a los que la ética no ha
tenido nunca nada que decir y si dice algo no se le hace el menor caso.
SALVADOR PERÁN MESA