ANTE TI
Para José Cabrera Martos. Poeta
Allanar un monte que me tapa la vista después que en
el otero viese la luz que inserta
resplandores, es mi propósito. Te has topado con una mente cansada amigo Pepe.
He tenido tu libro
GOETHICA en mi mesita de noche y, casi lleno de pudor por mi ignorancia, he
pulido mi mente y he entrado en tus composiciones de brujo. Cuando aprendía a
balbucear su contenido y deparar en los hallazgos me topé con tu email donde la iluminación de un ensayo de palabras
sujetas a la expresión científica, depositó en mi cabeza álgebras matemáticas
que, haciendo de voces literarias lo que “Paul Celan, deposita en tu cita: El
silencio invernal de los árboles esconde la profunda mirada de tiempo sin
orillas”, me llevaron al término esencial de que somos nosotros quienes
definimos los cauces de una manzana rota, o la voz que describe un arrebol
tardío.
Las expresiones que
inducen a sentir el poema –vengan de donde venga--, guardan un sentimiento del
que emana un antes y un después de cualquier cosa, las palabras son ceros que
no sirven de nada si no se suman números que aumenten. Tú poeta jiennense, te
arraigas al principio que te indujo el maestro del verso y de la rima, y con
ello, como ciprés que acecha al sol para dar sombra, buscas los tigres rudos
que imponen su pureza en los labios del hombre, y descansas y matas, y
resucitas luego, haciendo en tu poema rayas que son surcos para preñar la
tierra.
Es pues la forma de
decirte que has llenado mi tiempo en recibir tu “tiempo” apegado a tus actos
donde la ciencia exige que allanen los caminos mentes como la tuya, y que en el
tiempo, otra se descoloque mirando a los que en versos dejamos todo un arco de
sangres hilvanadas con palabras de órganos donde mueven la sangre un cuerpo
desvalido, un mirar sobre el monte, una ola que rompa la espuma con la tierra,
o la tierra preñada de tormentas que en nieve nos hagan el retrato de los
viejos que en blanco cubren la cabeza pensativa.
Es mi forma de verte como
construyes versos, como lanzas las voces, como retienes la historia y penetras
con brío al lado de quien sufre. Sea mi voz tu descanso, tu alegre resistir
junto a mi historia, y cuando el viejo suene a cántaro cascado, relanza tu
existir y mira que seres como tú, en esta tierra, hacen que nos miremos en los
actos, donde el poema existe y abre laberintos a las palabras.
Y PEDÍ POR LOS VERBOS.
Pocas
alteraciones promueven los rocíos
donde duermen las flores sus siestas con los
pájaros.
Va por ti o contigo.
Insinuación.
TRAS
LAS HUELLAS DE LA SOMBRA QUE HIERE
PADRE,
me confieso a la vida que he pecado
Normas.
Mis huellas han dejado un rastro que se ubica en las
cándidas palabras releídas. No veo mi culpa ante quien se defiende o quien
afirma ser lucha en el mundo sucesible de la inteligencia, ni tampoco en la
verdad de la que anida un preceptivo roto por la visión de un vulgo inocente.
Yo he notado mis labios sobre espumas
Asumiendo las aguas de los ojos subirse
Hasta el silencio de mis sienes y adentrar
Mis pupilas a los actos que admiro.
He mirado la vida entre las rosas
Mojadas por
las lágrimas del mirlo
Cuando observa una larva que gime
Y su pico la atrae y la depura:
He mirado la tarde.
Y cuando la noche adquiere un rubor incoloro
Y una sombra confusa,
Sobre el rostro de una letra imprecisa
Dejé mi poema al amparo del viento o de las lilas.
No es mi pecado adverso si lo asumo.
No la frentada puesta ante mis ojos para el mosco.
En las faldas de cualquier frase, en las voces
Perdidas por las formas, apareció tu verbo,
Y ya sabido que existe, al lateral del átomo
Le brindé mi conciencia,
Ciego ya de ignorarme y de ofrecerme.
ASÍ MI PASIÓN SE VUELVA LÓGICA.
Y no entraba
a la Iglesia porque el rezo le causaba un desabrido recuerdo a la lujuria que
lloraba de niño, pero sentía que el ábside que forman los techos y las uvas
descolgaba el vino para saberse hombre. Más se sentía atraído. Más lo ignoraba.
Así miró una expresión versada por el verso primero.
---Sólo es útil el conocimiento que nos hace
mejores---
Ante él me inclino y en mi rodilla mohosa por
confusa o mi labio partido por el rezo de un hombre que declina en el hombre,
retomo de GOETICA la esencia, y al duro sensor de mi sonrisa, le adorno mi
cariño y lo comprendo.
HABÍA SOBREVIVIDO
ANTONIO checa lechuga.
Después de leer un ensayo y un libro invirtiendo
sensaciones donde la luz habita.
También después de leer un libro llamado GOETHICA
del que subrayo que un lamento de siglos lo adorna la voz de la poesía. Y
también, qué carajo, el sentido del hombre que camina por “encima de otros
hombres” y una melena larga lo define distinto a lo mediano, sea pues la
palabra amiga, el contrapunto de un ejercicio del que doy fe de haberlo tenido ante mis ojos.
28
Febrero, de dos mil trece
Antonio Checa Lechuga.