RESUMEN DEL ARTÍCULO:
Uno de los objetivos primordiales de la Universidad de Baeza (s. XVI), en sintonía con ideales genuinos de reforma, fue la formación de un clero virtuoso y de predicadores adecuadamente preparados. Esta exigencia tuvo que hacer frente a una demanda propiciada, entre otras razones, por el carácter de promoción personal que, en ocasiones, adquirió el éxito en el púlpito.En medio de este entramado, al mismo tiempo y en el mismo lugar, el Dr. Huarte de San Juan plasmaba en el Examen de ingenios para las ciencias los criterios que se debían exigir para encauzar a cada sujeto a la tarea que más se le adecuaba según su ingenio. Es lógico pensar que, impregnado del ambiente de Baeza, Huarte redactó el correspondiente capítulo dedicado al teólogo positivo y predicador. Su teoría fue en parte asumida, pero también en parte polemizada por miembros de aquella misma universidad.
Pinchar sobre este enlace para acceder al texto completo del artículo aparecido en Elucidario: Seminario bio-bibliográfico Manuel Caballero Venzalá, ISSN 1885-9658, Nº. 1, 2006 , págs. 135-146.