El poeta Manuel Urbano me manda la siguiente información ante una consulta
mía sobre si Miguel Hernández llegó a visitar Baeza:
"Mi libro ya está puesto en marcha. Después de terminar de escribirte, voy a
ponerme a corregir pruebas de él, que me han mandado ya de la imprenta. Si
me da tiempo el viaje que voy a hacer hoy a Baeza para un trabajo del
periódico..."
(José Luis Ferris: Miguel Hernández: Pasiones, cárcel y muerte de un poeta;
Temás de hoy, pp. 379-380; Barcelona, 2002)
El periódico al que alude es FRENTE SUR, que llevaba en Jaén.
El libro que corrige es VIENTO DEL PUEBLO, escrito en buena parte en estos
olivares.
MANUEL URBANO
La imprenta tuvo que ser necesariamente la de Manuel Alhambra (A. CH.)
ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
MIGUEL HERNÁNDEZ